Castillo de San Marcos
El Castillo de San Marcos se construye a partir de una antigua mezquita islámica que se transforma en iglesia fortificada en tiempos de Alfonso X El Sabio hacia el año 1264, quien refuerza su cimentación aprovechando los restos de un edificio romano próximo, dotándolo de cubiertas abovedadas y fortificando el santuario con cuatro torres, dos de planta hexagonal y las otras dos de planta cuadrangular, utilizándose la planta baja de las primeras como capilla mayor para la Virgen de los Milagros. Aún se conservan el muro de la quibla donde se situaba el mihrab y el aspecto almohade de la construcción, que se hace patente en las líneas horizontales y lisas con resalto de la parte alta que remata exteriormente la torre hexagonal y en sus bóvedas esquifadas. En esta iglesia instala el rey Alfonso X su nueva Orden militar de Santa María de España, que pronto desapareció al quedar fundida con la Orden de Santiago.
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Cuando la ciudad se incorpora a la Corona de Castilla en 1729, la Casa de Medinaceli retiene la propiedad del castillo que es clausurado en 1868 y abandonado hasta su restauración, por los años 40 del siglo XX. Las circunstancias de la construcción de esta iglesia-fortaleza quedaron reflejadas en las Cantigas de Alfonso X, y mucho más tarde, en 1823, su estado queda minuciosamente descrito en la obra de Fernán Caballero "Un servilón y un liberalito", novela que queda ambientada en este viejo castillo-santuario.
Actualmente pertenece a Bodegas Caballero, una famosa firma bodeguera portuense, y se encuentra abierto al público para su visita y en él se realizan festivales de música medieval así como la catedrá de estudios de Alfonso X.